miércoles, 1 de julio de 2015

Freire versus Rawls

Nos seduce la provocación que supone enfrentar a Paulo Freire y John Rawls. 

El primero, el más importante pedagogo del siglo XX; el segundo, el más importante filósofo político de ese tiempo. Ambos nacieron el mismo año, 1921, ambos publicaron su obra clave en fechas parecidas a una edad de 50 años (Pedagogía del Oprimido y Teoría de la Justicia, respectivamente) y ambos murieron en torno al cambio de siglo (1997 y 2002). Ambos americanos, del norte y del sur, y ambos profesores de universidad, de Harvard y de Campinas. Pero tan diferentes entre sí... 

Freire, nacido de familia humilde en la América pobre en tiempos de crisis. Con una historia vital tan comprometida como activa, sufriendo en carnes propias injusticias y opresiones. Empieza su actividad profesional en la administración del estado de Pernambuco hasta que, en 1961, con 40 años, entra en la universidad como director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife donde desarrolla su famoso método de alfabetización. Dos años antes, en 1995, había obtenido el título de Doctor en Filosofía e Historia de la Educación con la tesis “Educação e atualidade brasileira”. Esa vida “tranquila” se trunca con el golpe de estado de 1964; entonces es relegado de sus funciones y debe exiliarse en Bolivia, Chile y Suiza, donde desarrolla una intensa labor pedagógico-política. Regresa a Brasil 1979 y un año después acepta un puesto docente en la Universidad de Campinas, allí permanece hasta su jubilación en 1990. 

Rawls, con una biografía más de observar las injusticias que de vivirlas, fue un estudiante brillante que a los 29 años ya era doctor en Filosofía por la Universidad de Princeton y, tras enseñar en Oxford, Cornell y el M.I.T. (donde trabaja con Noam Chomski), a los 40 años entra como docente en la Universidad de Harvard hasta tu jubilación obligatoria en 1991. Es decir, un intelectual de vida tranquila centrado en enseñar y escribir. Sus cursos habituales a lo largo de esos 30 años fueron de Filosofía Moral, con lecturas de Butler, Hume, Kant, Sidgwick, y de Filosofía Política y Social, donde se centróen Hobbes, Locke, Rousseau, Mill y Marx. 

Ideológicamente ambos intelectuales están en lugares radicalmente diferentes, pero manteniendo una visión crítica de la sociedad que les sitúa en una posición de búsqueda de una transformación más o menos radical. Freire socialista católico con influencias de Jaspers, Marcel, Marcuse, Fromm, Marx, Lukács, Makarenko, Celestin Freinet, Karl Rogers, Ivan Illich... Rawls liberal entendido como social-demócrata europeo, influido por Rousseau, Kant, pero especialmente por Hegel, sobre quien escribió un lúcido ensayo. De ideas progresistas, y con una visión crítica de las sociedades desarrolladas. Algunas de sus propuestas encontraron oposición incluso dentro de su propia Universidad (con el conservador Rector Nathan Pusey a la cabeza). 

Freire desarrolló su pensamiento a partir de los países más pobres, Rawls aportó sus ideas para hacer que las instituciones básicas de países desarrollados fueren más justas. Pero curiosamente ambos fueron criticados por entender que sus ideas estaban tan profundamente contextualizadas que impedían su generalización a otras realidades. 

Ni Freire citó nunca a Rawls, ni Rawls a Freire; lo que no implica que no conocieran mutuamente sus aportaciones dada la repercusión que ambos tuvieron en las mismas fechas. Incluso Freire fue profesor visitante en Harvard en 1969, coincidiendo con Rawls; luego no sería de extrañar que se hubieran encontrado personalmente. Es llamativo que Freire apenas utilizara el término “Justicia Social” en sus textos (no así “injusticias”); Rawls, por su parte, nunca tuvo en la Educación una mirada prioritaria. 

Incluso en sus ideas de Justicia Social sus puntos de vista son diferentes. Rawls fue el gran fundamentador de la Teoría de la Distribución, sin duda la más importante e influyente de todas las propuestas de concepualización de Justicia Social (para seguirla o para criticarla). Freire, sin abordarlo claramente, podría ser ubicado como un precursor de la Justicia Social como Reconocimiento, 20 años antes de su formulación, en la más pura tradición de la Escuela de Frankfort. Así, habla de “revolución cultural” como forma de acabar con las injusticias. 

Es difícil sintetizar las aportaciones de ambos. Freire es el gran revolucionario de la Educación. Nos removió la conciencia planteándonos una nueva mirada que va desde la finalidad última de la educación (la liberación del hombre, y no el desarrollo económico), hasta la forma de alcanzarla. Nos insiste en la necesidad de una educación liberadora, concientizadora, integral... en una pedagogía del oprimido, de la resistencia, de la indignación, de la esperanza... Nos abrió la mirada a la comprensión de la educación entendida como movimiento de praxis pedagógico-política. La influyente pero insuficientemente aprovechada Pedagogía Crítica tiene su fundamento en él. 

Rawls, por su parte, es el referente en el análisis y la conceptualización de la Justicia Social. De las lecciones que nos legó destacamos su insistencia en subrayar la Justicia Social como valor máximo de la sociedad, comprendió (y nos hizo comprender) que las injusticias están arraigadas en una estructura injusta de la sociedad y que solo modificando esas estructuras es posible construir una sociedad más justa. Quizásus ideas no constituyan nuestro referente para construir una sociedad más justa, pero planteamientos más comprometidos y radicales (y que nos convencen más) como los de Iris Marion Young o Nancy Fraser se basan en sus ideas. 

Ambos son de obligada lectura, porque solo conociéndoles será posible seguirles o criticarles. Ambos cambiaron nuestra forma de ver la Educación y la Justicia Social, siendo los dos un referente imprescindible e ineludible. Ambos contribuyeron a cambiar el mundo.

Referencia Original

Murillo, F. J. y Hernández-Castilla, R. (2015). Freire versus Rawls. Revista Internacional de Educación para la Justicia Social, 4(1), 5-8.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario